Ida y retorno del Sexteto Juventud
Hablamos con Olinto Medina, el fundador de la famosa agrupación venezolana que marcó una época en la salsa.
El fundador del Sexteto Juventud enfatiza que no tuvieron influencia de Joe Cuba. Comenta en torno a por qué ahora no graban y el porqué de aquél silencio que parecía el fin del grupo fundado en el 23 de enero de Caracas.
Lil Rodríguez: ¿Se formó por la influencia de Joe Cuba? ¿Por qué se llamaba Sexteto Juventud?
Olinto Medina: No tuvimos influencia de Joe Cuba porque no lo conocíamos y si lo hubiéramos conocido tampoco habría influido en nosotros. No era lo que queríamos hacer.
Con suavidad y firmeza nos responde Olinto Medina, músico venezolano nacido (nos dijo) en Barquisimeto, estado Lara, el 16 de enero de 1940. Además de músico es el fundador y se mantiene como director del Sexteto que tanta historia ha dejado en la cultura musical de Venezuela y de otras latitudes.
LR: ¿Por qué “Juventud”?
OM: Nos llamábamos Los Tropicales. A mi el nombre no me cuadraba mucho pero era lo que se estilaba en aquél tiempo; que si fuego, candela, y así. Entonces una vez leyendo un LP del difunto Tito Rodríguez me llamó la atención que él había grabado con el Sexteto La Playa. Muy poco teníamos referencia de él en Venezuela. Entonces yo dije: le voy a poner Sexteto, porque nosotros éramos seis y le puse Juventud asociándolo con el nombre que tenía un club que habíamos formado en el 23 de enero: el Club Social Deportivo Juventud. Nos dimos por fundados el 13 de mayo de 1962 como Conjunto Rítmico Juventud. Para 1965 ya éramos Sexteto Juventud.
LR: ¿Cómo fue la primera grabación del Sexteto Juventud, Olinto?
OM: Era nuestro deseo grabar, como cualquier artista o grupo. Nuestra primera grabación fue en 1967, un número que hizo uno de los cantantes, Óscar Mijares, que era el segundo de Tabaco (Quintana). Trajo el número, dedicado a Caracas por sus 400 años. Se llamó Guasancó. Lo costeamos nosotros mismos y logramos sacar la cinta matriz de lo que se hizo y se lo llevé a un sello disquero que era Velvet de Venezuela y el presidente era José Pagé. Lo oyó y enseguida firmamos contrato.
LR: ¿Cuántos discos tiene el Sexteto Juventud?
OM: Hay como 40 y pico LPs. De los viejos hay como 30 y pico y CD hay como 18 y muchos no los conoce la gente. Por eso, porque ha habido poca difusión en los medios.
LR: Precisa
OM: Hay 42 LPs desde 1967 hasta 1986.
LR: ¿Hubo una etapa de silencio y la gente pensaba que el Sexteto se había acabado, disuelto. ¿Qué pasó?
OM: Los cambios de ritmos. Yo paré el Sexteto por un tiempo porque había mucha influencia extranjera en lo musical y la demanda de trabajo para el Sexteto y para otros grupos latinos había bajado mucho; estaba perdida casi en su totalidad. Era por allá en los años 70 y pico, casi 80. Entonces paré a ver que era lo que se iba a hacer, a ver si era que había que buscar otro estilo. Lo buscamos, al mismo Sexteto le anexamos unos metales. Viajamos a Colombia, pero resulta que el público tradicional no quería ese tipo de grupo, lo que quería era al Sexteto Juventud como una institución. Pero lamentablemente en Venezuela había bajado mucho, así como también bajó Federico (y su Combo). Es cuando entra la Dimensión (Latina) con Óscar (De León), y con el boom que ellos hicieron con los trombones volvió a ingresar la salsa. Entonces volvimos a ensamblar el Sexteto y hasta ahora hemos estado trabajando muy bien.
LR: ¿Cómo retomaron la actividad?
OM: Desaparecimos por un tiempo, pero sobre todo desaparecimos de los medios de comunicación. Nosotros hicimos muchas grabaciones, pero no había forma de que llegaran a la radio, que el pueblo la oyera; y sin embargo seguimos haciendo uno que otro baile por ahí. Nos reuníamos, no queríamos caer, no queríamos dar lástima. Cuando había grandes eventos, íbamos, pero parecía que todo estaba perdido porque era demasiada la influencia de la música extranjera.
Entonces salió la idea, con algunos locutores de la época como Héctor Castillo y periodistas como tú misma, y buscamos revitalizar el movimiento. Nos volvimos a unir. Ya se estaban viendo los cambios que tenemos ahora, difundiéndose todo lo nuestro: Federico, la Dimensión, el Sexteto, y los más jóvenes, pero siempre con nuestra corriente latina, porque yo no tengo nada que estar buscando en una música que no sentimos, pues. La idea pues es mantener el grupo como una tradición, porque la gente lo busca mucho. Nacimos con lo latino y nos gusta, y además nos ha dejado satisfacciones muy gratas.
LR: ¿Se han planteado nuevas producciones? Nuevos discos?
OM: Pudiéramos hacer las diligencias con cualquier sello disquero y nos abren las puertas, pero viendo como queman los CDs en la calle, como se pierden las producciones, no creo que valga la pena hacer una grabación. Hicimos una en el año 2.000 cuando fuimos a México, y al mes, cuando la producción salió a la calle, ya hacía 15 días que los quemadores la tenían y eso es una pérdida, un gran daño. Da la impresión de que lo que hacemos no vale nada; entonces no vale la pena tanto sacrificio.
LR: ¿Y las giras internacionales?
OM: Fíjate: Aruba, Curaçao, República Dominicana, Trinidad y Tobago, Italia, y en Colombia: Bogotá, Cali, Medellín y hasta Cúcuta. También Puerto Rico y Panamá, porque eso eran intercambios con lineas aéreas.
Dos temas con anécdotas
LR: El tema La Cárcel hizo alusión a alguno del Sexteto que estuviera preso?
OM: Hay una anécdota de un señor que chocó con un autobús. Yo venía con Tabaco en el autobús y en aquél tiempo había represión policial porque estaba la guerrilla. Había una situación política muy fuerte y por cualquier cosa tú eras detenido. Entonces hubo ese choque de un carro taxi y un autobús y llegó la patrulla pidiendo papeles y todo un alboroto. A unos cuantos se los llevaron presos.
Al otro día Tabaco se presentó con el número: -Mira Olinto, este número lo hice por lo que vivimos ayer-. No sabíamos si a los detenidos les iban a dar golpes, torturas, etc. Lo cierto es que el número era muy largo, estaba descuadrado con las letras, hubo que hacerle cosas para acomodarlo y, bueno, se grabó sin saber que el número iba a ser un éxito tan rotundo como sigue siendo.
LR: ¿Y Mi Calvario?
OM: Hay otra anécdota con ese tema. Faltaba un número para completar el LP La Juventud se impone. Recuerdo que iba a grabar Aldemaro Romero con una orquesta en Estudios Continente, donde nosotros estábamos grabando. Entonces el técnico dijo: -Te falta un número. Vete porque viene Aldemaro y tengo que arreglar el estudio porque son como 40 músicos ahí-. Nos fuimos a una casa para ensayos que alquilaba el maestro Vicente Flores, folclorista, ¡a 5 bolívares la hora, imagínate! Tabaco tenía una letra y parte de la melodía para esa letra. -Tengo un bolerito-, había dicho. Ensayamos para meterle el tiempo del reloj y el tiempo musical. Lo repasamos unas 20 veces. Quedó fino. Al día siguiente fuimos a grabar. El número, Mi Calvario lo pusimos por el lado B del LP como un desprecio, pues, y resulta que aquello se convirtió en el mayor hit pegado y obtuvo todos los premios habidos y por haber. Por eso es que uno graba y uno no sabe…
LR: ¿Y los cantantes?
OM: Hemos tenido varios. Claro, Tabaco. También Nelson Navas, quien grabó como seis LPs con el Sexteto. Luego vino Erasmo Machado Pachanga, mi hermano Juan, Héctor Lozano, Yurben González... Han pasado varios cantantes, sobre todo para grabación.
LR: ¿Qué diferencia sientes entre la salsa de los años 70 y la de ahora?
OM: Hay una diferencia en el sonido. Por lo menos en la de los años 70 los sonidos eran naturales. Tú veías cualquier cantidad de músicos y lo menos que tenían en la mano era un güiro, una maraca, y había que sacar sonidos. No teníamos la tecnología de hoy en día, cuando cualquier persona con un instrumento te arma una orquesta de 10 ó 12 personas y crees que están tocando 20. Esa es la diferencia. Lo tecnológico y lo original.
LR: Olinto, ¿quién es Ojo e’ vaca?
OM: El que toca el tres, mi hermano Juan. Cuando estábamos grabando, en el estudio los músicos se ponían sobrenombres y él se quedó con ese, porque te podrás imaginar como tiene los ojos.