América invertida
Un sorprendente recopilatorio nos descubre los ambientes sonoros creados por una generación de músicos uruguayos en los años 80. Una autentica joya charrúa.
La primera alerta que recibimos en Radio Gladys Palmera sobre esta apabullante y apasionante escena uruguaya de América Invertida vino a través de La Casa del Transformador, el programa de música y palabras de Martín Buscaglia desde Montevideo. Después vino Samantha Navarro y confeccionó una playlist tremenda sobre la historia reciente de la música en la gran ciudad del sur, y nos hizo ver con más claridad todo aquel fenómeno. Pero lo que ha hecho Javi Bayo son palabras mayores, así que mejor que él mismo lo cuente.
El interés por la música uruguaya surgió hace bastantes años por dos razones. Primero porque hubo un sello de aquí (de Madrid), que ya no existe, que sacó un recopilatorio de músicas bajo la influencia del jazz, pero hechas en países muy distintos. Pues en este disco aparecía una canción de Daniel Lencina, que es el Candombe en Do Menor, un tema muy percusivo que me encantó. Y al cabo de muy poco tiempo encontré en un rastro aquí en Malasaña, unos 45s originales uruguayos donde aparecía precisamente esta versión del candombe. El artista era Manolo Guardia. Entonces ya empecé a investigar un poquito y a descubrir esa riqueza.
El álbum nos ofrece once canciones de once artistas, que comienzan con una evocadora y lírica Desencanto a cargo de la banda Contraviento; siguen con Tras Tus Ojos, de uno de los grandes de la música uruguaya allende los mares, Jaime Roos; y continúa con una serie de encantamientos sonoros que van del folk a la electrónica, y de la canción de autor a los sets de percusión más afro.
Es una riqueza que todavía guarda muchos ases en la manga, y esto que descubrí es uno de ellos… Y en una Feria de Utrecht hace unos años, pues me compré un disco de Mike Dogliotti, pero ya era posterior, de los 80, y ahí si que empezaba a meter sintetizadores y había cambiado totalmente el sonido. Y entonces, a raíz de unos proyectos de fueron surgiendo en los últimos años de sonidos más experimentales, más electrónicos de algunas regiones de América Latina, pues me fueron preparando el terreno para contemplar la idea de, quizás, descubrir una escena similar en Uruguay.
Y es cierto. Este trabajo de Bayo en Vampisoul & Little Butterfly Records ya tenía un antecedente… o varios: el grupo de fusión OPA comandado por los hermanos Fattoruso, la banda de candombe-beat Totem bajo el liderazgo de Rubén Rada, el Sexteto Electrónico Moderno y su elegante latin jazz, el lado más afrocaribeño del pianista Mike Dogliotti, y una soberbia recopilación titulada Macondo Revisitado: The Roots of Subtropical Music. Uruguay 1975-1979.
Esta recopilación (América Invertida) muestra parte de ese mundo escondido, dice Andrés Torrón en los textos del álbum. Está el lado más experimental de la canción de autor uruguaya de los 80, tanto en su vertiente más acústica como en la más electrónica (con artistas que transitaron en ambos universos) y, también el costado más cercano a la fusión instrumental. Es un mundo donde conviven los arreglos vocales etéreos y las guitarras acústicas con los sintetizadores y las máquinas de ritmo; donde el candombe y la música latinoamericana se hermana con la new wave y el dream pop.
Es verdad que Uruguay suele estar escondido. Metido entre dos gigantes mediáticos y con una industria musical aplastante, como son Argentina y Brasil, el mundo charrúa ha pasado de puntillas en muchos escenarios. Y si pasa hoy, ¡imaginen lo que pasaba antes! Y para eso justamente llega América Invertida, para mostrar lo mejor y más original de Fernando Cabrera, Leo Masliah & Jorge Cumbo, Mariana Ingold, Estela Magnone, Eduardo Darnauchans y demás.
Fui tirando el hilo y llegué a este gran grupo de músicos que esto pertenecían a una escena muy concreta en Montevideo en la década de los 80, que parecía que había allí un cuerpo de canciones y de discos que tenían coherencia entre si, que justificaban lanzar este recopilatorio… Al final también, lo que me he dado cuenta, haciendo la parte de investigación, viendo los créditos de los discos y demás, es que en realidad el grupo de artistas activo en aquellos años produciendo todas estas obras era muy reducido y todos colaboraban en los discos de sus amigos, digamos. Al final son 20 ó 30 nombres en diferentes combinaciones, y encima, al ser un país tan pequeño, se conoce todo el mundo.
Pero hay más. América Invertida, aunque no lo parezca, ya desde su nombre es un homenaje a Uruguay. En su nombre se refleja la obra del pintor y escultor montevideano Joaquín Torres-García, creador del universalismo constructivo y personaje fundamental en la experimentación artística del lado este del Río de la Plata. Es un homenaje conceptual, dice Bayo, porque en su famoso dibujo él hace una reivindicación del hemisferio sur.
Queda hablar de los dos personajes detrás de la producción. Por un lado, Andrés Torrón, músico, periodista televisivo y productor artístico uruguayo, co-líder de la banda DOS; y por otro, Javi Bayo, coleccionista, DJ, productor y hombre de radio español. Por ellos, y por el afán de sus discográficas claro, América Invertida ha salido en vinilo. Como buen diseñador, Bayo defiende el gran formato donde expresar el arte gráfico. El vinilo es un testimonio de una época concreta en la que en varios campos diferentes se alcanzó unos altos niveles de excelencia, manifestó alguna vez. Y los músicos ochenteros de Montevideo le dan la razón.