El Sonido Ambiental de Venezuela
Esta es la verdad sobre el Sello Verde, mito del coleccionismo musical.
Desde que comenzaron a visualizarse en internet algunos discos de salsa bajo el sello discográfico Verde, la curiosidad de algunos coleccionistas ha ido creciendo, y no es para menos, puesto que se conoce poco acerca del mismo. Los álbumes de Verde son catalogados de raros y difíciles de adquirir, quizás por lo limitado de sus tirajes. Para muchos melómanos el Sello Verde es un verdadero misterio, a lo que se suma su slogan “ecológico” Sonido Ambiental.
Sobre la procedencia de este sello, algunas fuentes señalaban que estaba ligado a una de las históricas casas disqueras de Perú, Industrial Sono Radio. Citaban para ello al músico peruano Mario Cavagnaro, quien desde los años 60 fue el representante artístico de esa empresa. Sin embargo son sólo especulaciones, aunque bajo el Sello Verde fueron distribuidos y publicados en Venezuela varios artistas de Sono Radio, entre ellos el propio Cavagnaro.
Pero podemos decir con certeza es que este sello no es peruano. Es venezolano, creado en Caracas durante los años 60 por Carlos Esparragoza Vega, por años ligado a la industria venezolana del disco en diversas facetas: cofundador del sello Discomoda, fundador de Fonograma junto a Billo Frómeta, Secretario General de la Cámara Venezolana de Productores de Fonogramas, ideólogo de varias editoriales musicales, propulsor de la Reforma del Derecho de Autor en Venezuela, además de creador de la Asociación Venezolana de Interpretes y Productores de Fonogramas (AVINPRO).
No tenemos una fecha precisa, pero fue a mediados de los años 60 cuando Esparragoza fundó una compañía llamada La Buena Música S.A., junto a la locutora Totina Guevara y al productor artístico Manuel Berra Cartaya. Esta compañía, buscando una forma diferente de impactar en el público, irrumpió en el mercado bajo una etiqueta muy particular, Sello Verde, que funcionaba como una división de La Buena Música. Además, aprovechando las campañas ambientalistas de la época, se promocionaba bajo el slogan “El sonido ambiental”. Hasta entonces el término sello verde se asociaba a los productos orgánicos o sintéticos que cumplían con las normas de protección medioambiental.
La Buena Música S.A con su Sello Verde se encargó de incluir y grabar varias agrupaciones que en teoría eran desconocidas en el ambiente musical. Esto sobre todo en la naciente salsa venezolana, cuyo boom estalló en 1967 tras la aparición de un importante número de producciones que hacían referencia a la palabra salsa. Ese año, con el apoyo del locutor Phidias Danilo Escalona, publican con el Sello Verde su primer y único LP Los Supremos. Phidias los presentaba en su programa como la orquesta que murió al nacer. En esa misma época recién llegaba al país el joven pianista Julio Cesar Vásquez, a quien apodaban de la misma manera que a su padre, Bisoña. Este graba con su pequeña agrupación Bisoña Jr. y su Sexteto, el LP Llegó…!, donde, creemos, se escucha por primera vez un steel drums (tambores metálicos) en la salsa.
Aquella era una época festiva, pues se celebraba el cuatricentenario de Caracas. De allí que surgieran muchas agrupaciones musicales en diversos estilos, sobre todo en la salsa, que era la moda del momento. Muchos grupos surgieron en las zonas más populares de la ciudad, donde los jóvenes músicos, a pesar de contar con pocos recursos, mantenían la inquietud de sonar diferente. Bajo esa premisa surgió el Septeto Karibe, dirigido por el percusionista José Amable. Inicialmente experimentaban con un arpa criolla, pero luego cambiaron al piano, asentando su sonoridad. Su único disco lo grabaron finalizando 1967: Septeto Karibe. En ese periodo también grabaron el Súper Combo Bellamar, agrupación oriunda del Estado Aragua; y Frank y su Tribu, dirigida por el pianista Frank Rengifo, y proveniente de la conocida parroquia San Agustín del Sur.
En cuanto a las licencias internacionales que entablaron contrato con La Buena Música S.A., se cuentan: Liberty, Fantasy y Teca de Estados Unidos, Sono Radio de Perú, Orbe de Colombia y Tamayo de Panamá.
Los primeros sencillos de los grupos de rock estadounidenses Creedence y Homer & The Dont’s, salieron en Venezuela con Verde. Algunos artistas de Sono Radio de Perú también fueron lanzados por Verde, como el legendario grupo de rock Los Doltons, los cantantes Edgar Zamudio, Ramón Avilés y María de Jesús Vásquez, y el citado Mario Cavagnaro.
El tiempo de vida de este sello disquero fue efímero. El amplio rango de popularidad que ejercían las grandes casas disqueras en Venezuela, llámense Palacio, Discomoda o Velvet, opacaba la actividad comercial de muchas empresas del ramo. La Buena Música S.A, con su Sello Verde no escapó a tal situación y apenas pudo mantenerse vigente hasta principios de los años 70. Su catálogo quedó en manos de Discomoda, pero en los tiempos modernos aún no se ha visto reedición alguna de sus discos.
Agradecido con el amigo periodista Alfredo Churión por su ayuda.
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