Una tarde le pregunté a Chavela Vargas por Don Juan (el chamán retratado por Carlos Castañeda en el libro La enseñanzas de don Juan). No recuerdo qué me contó, solo sé que sentí ante su presencia cosas parecidas a las que narraba Castañeda (si buscan sus libros le tienen que quitar la puñetera ñ).

Cada vez que hablo de libros digitales con Luis Algorri me cuenta que desde que se inventó la imprenta no hay invento mejor que el de un libro con su portada y su encuadernación. De acuerdo, yo también soy un vicioso y entro en las librerías para inspirar el aroma de la tinta fresca.
Pero como dijo el otro: nadie es perfecto, así que les voy a recomendar un artículo de Luis Algorri que sólo existe en su edición digital. Se llama Flor de Azalea.

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Habla de esa canción y de cómo sufrió un chavelazo cuando era niño. Personalmente yo voy bien servido de eso, de chavelazos, que significa que Chavela Vargas se ha cruzado en tu vida y te ha dejado temblando. Un chavelazo es un monumental tortazo emocional, y yo he tenido unos cuantos. El primero fue por la tele, luego en directo en sala Caracol, en el Teatro Albéniz, en La Casa de América junto a Carlos Monsivais. Una tarde Chavela me agarró de la mano y me llevó a la Residencia de Estudiantes… En cada ocasión Chavela te vuelve del revés, generalmente de dentro pa fuera. El antepenúltimo fue por teléfono. Confieso que tuve miedo y no fui a la penúltima cita en la Residencia de Estudiantes, lo disfracé de generosidad. El sitio es pequeño y pensé “que sea otro el que reciba el chavelazo”.

Un día le conté a Peret que su versión de Flor de Azalea me gustaba mucho. Por supuesto que estoy de acuerdo con Algorri en que nadie canta como Chavela pero en la versión de Peret el drama de la primera parte de la canción se transforma en esperanza. Me parece que Peret para no ser reiterativo recurre al “lolailolailo” aunque es posible que se le olvidara la letra o que sufriera un “chavelazo”.
La Orquesta Popular de la Magdalena abre su disco Flamenco diásporo con La llorona otra del repertorio de Chavela. El cantaor que lo intenta es David Tejedor y digo que lo intenta porque Chavela es única e irrepetible. También digo que Tejedor lo consigue a su manera y lo mejor de todo es que el arreglo es peculiar.

Así que no soy el único, conozco a centenares de afectados por el “chavelazo” todos piensan que lo suyo sí ha sido gordo y lo demuestran. Buika sufrió uno tan poderoso que acabó haciendo un disco con Chucho Valdés. Miguel Poveda, también. La que se lleva la palma es mi compañera Martirio (y Raúl Rodríguez) que hicieron su cantes por Chavela. Se lo recomiendo.

 

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