Me fascinan los nombres de antes, esos que no dejaban a ningún santo fuera, para que no se les pusieran en contra. El “flaco de oro” los llevaba con tanta elegancia como ponía las manos sobre el piano. Ángel Agustín María Carlos Fausto Mariano Alfonso del Sagrado Corazón de Jesús Lara y Aguirre del Pino así se llamaba  el más conocido como Agustín Lara, compositor e intérprete mexicano de canciones y boleros.

Fue uno de los grandes y otra tan grande como él María Félix, que fue su mujer, dijo refiriéndose al maestro: “digamos que el “músico poeta” (Agustín Lara) fue muy importante en mi vida, muy importante. En el lugar donde yo esté, me pongo de pie cuando alguien pronuncia el nombre de Agustín Lara porque yo le he tenido un respeto y una admiración sin límites.”

Agustín Lara se quejaba mucho en sus canciones, lloraba mucho, su voz era baja entrecortada por los sollozos. Eso a las mujeres las volvía locas. Y siempre, casi siempre cantaba al amor perdido, a ese que suele ser nuestra perdición, el que se fue. Sobrevivimos más a los amores perdidos que a cualquier otra enfermedad. ¿Qué es el amor sino una enfermedad? Con los grandes amores se pasa mucho tiempo en la cama.

Agustín Lara era flaco, casi escurrido, era feo y una gran cicatriz le atravesaba el rostro. Dicen que fue una mujer la que con una botella partida le hizo la herida. Esa cicatriz le daba un aire canalla que también tenía sus fans.

Pedro Vargas contaba que Agustín Lara fue un enamorado de María Félix desde mucho antes de que se llegaran a conocer. Vivieron un romance a base de canciones. “Yo iba a cantarle a ella las canciones de Agustín y él me acompañaba al piano. Ella nos escuchaba fumando”. María Bonita se estrenó bajo el balcón de María Félix, a sus pies, en una casa de la colonia Polanco. “Fuimos en un camión con un pianito que tocó mi compadre y cuatro violinistas. Así nació María Bonita”.

Dicen que Maria Bonita estaba enamorada de la canción; no de Agustín, pero se casaron. Porque cuando Agustín se ponía al piano no había mujer que no quisiera quedarse con él toda la noche.

Cantado por todos los mejores, compuso más de 700 canciones desde Marucha, que fue la primera, a una opereta.  Entre sus canciones destacan María Bonita, el chotis Madrid, Morucha, Tengo celos, Granada, Noche de Ronda, Cabellera negra, Gotas de amor y Tus pupilas.

Intervino, además, en 30 películas. Todos los grandes cantantes han desgranados sus lamentos desde Pedro Vargas a Toña la Negra, Javier Solís, Luis Miguel, Plácido Domingo, hasta Elvis Presley, Nat King Cole a Luz Casal por no hacer la lista interminable.

La última ha sido Natalia Lafourcade que acompañada de otros cantantes como Kevin Johansen, Café Tacvba ha realizado una recreación moderna de esas letras irónicas, tristes, poéticas y las ha traído a nuestra época. Ella declara que se siente enamorada del flaco porque es melancólico, sarcástico, sensual y sus letras tienen un doble sentido todo el tiempo y una amargura muy padre”

Dile que me muero de tanto esperar y arráncame la vida, cantaba Agustín, y quién se resiste si alguien te dice algo así.