Jon Z

Toda disciplina artística tiene la capacidad de transformarse en un vehículo conducido por la forma o manera de expresarse de cualquier grupo social. Tras la crisis del 2008, un cierto sector de la juventud que creció con unas condiciones económicas muy precarias y que, ante la falta de expectativas o metas vitales de cualquier tipo, decidieron recurrir al hedonismo mientras utilizaban la creación musical como vehículo para expresar su situación y experiencias de vida. Este es el marco en el que se crea un movimiento de realismo autobiográfico que se ha transformado en un movimiento de escapismo dentro de su cruda realidad social.

La primera cuestión que voy a abordar es bastante obvia: ¿qué es el trap? Para Yung Beef, icono del trap en España e integrante del grupo español Pxxr Gvng, el trap es cocaína y follar. Pero más allá, de la polémica generada en torno a sus letras y características primarias que conforman su sonido, como el uso del autotune, sintetizadores, cajas rítmicas, sub-graves, hi-hats de subdivisión binaria o ternaria y modos armónicos menores que le otorgan una estética oscura y triste. El verdadero impulso que ha recibido este género está muy relacionado con la democratización del acceso a nuevas tecnologías tanto para la creación como para la difusión de la música.

El trap se podría definir como un subgénero del rap que surgió al inicio de los años 90 en los barrios más marginales de Atlanta. En dicha zona, las trap houses, casas que actúan como puntos de droga, donde se vende crack, entre otras muchas sustancias, son un elemento muy integrado dentro de la arquitectura de la zona, donde los consumidores se encuentran «atrapados» hablando de su propia realidad en su propio slang, completamente apartados del sistema.

El colectivo Dungeon Family fue el encargado de popularizar la palabra a finales de los años 90. Pero creo que, para poder entender los inicios de este género, es necesario hacer un breve flashback hacia el origen del hip-hop. Para ello, hay que transportarse a las primeras Block Parties que transcurrían en las noches más clandestinas del Bronx durante los años 70 y cuyos protagonistas indiscutibles fueron DJs y MCs como Afrika Bambaataa, Kool HercGrandmaster Flash, acompañados de un sinfín de jóvenes que rimaban sobre un beat muy primitivo.

Todo ello acabó convertido en un movimiento de reivindicación social a través de una poética y lírica que empoderaba a la voz de la calle. El hecho de cruzar las fronteras del ghetto y comenzar a ser comercializado como música en los años 80, hizo surgir a grupos como Public Enemy, Rakim, KRS-One o Native Tongues, conocidos como la Nueva Escuela.

En los años 90, un sector de músicos apartaron los discursos sociales, políticos y poéticos, dando paso al gangsta rap, para hablar del estilo de vida violento en las zonas desfavorecidas de las ciudades norteamericanas. N.W.A., UGK, Three 6 Mafia, Master P, Dr. Dre o Ice-T, o Ice- Cube, entre otros, fueron los pioneros en este tipo de discurso en forma musical, ya que existía un precursor a nivel literario que influyó hasta en el nombre de alguno de ellos, Iceberg Slim. Robert Beck, más conocido como Iceberg Slim, fue un proxeneta estadounidense que posteriormente se convirtió en uno de los autores más influyentes para la comunidad afroamericana, el último antihéroe del ghetto. Su autobiografía estaba escrita con el bolígrafo de la calle, inflexible a la par que desgarradora, un retrato hirviente, sucio y crudo que acabó por convertirse en un libro de referencia. Hasta tal punto que, si a principios de los años 70 querías un ejemplar, no debías acudir a una librería, si no a una tienda de licores afroamericana o peluquería. Para mí, como dice Khaled Los Santos, Él era trap, antes de saber lo que era el trap. Y por él, muchos de los raperos que acuñaron el término gangsta rap, tomando su figura y hazañas literarias como ejemplo, para posteriormente transfórmalo en música a través de la rima, el bombo y la caja.

Y es que, así como el gangsta rap era una metamorfosis del hip-hop, el trap se convirtió en una segunda metamorfosis derivada del gangsta, que ha desembocado en una nueva cultura diferente al movimiento hip-hop puro, en la cual muchas veces los versos de ideología poética comprometida o la rima, pierden el protagonismo para otorgársela a la crudeza del mensaje o la producción de la base.

Músicos, como Gucci Mane, Fetty Wapo o 2 Chainz y productores, como Shawty ReddMannie Fresh, o Tony Fadd son los responsables de otorgarle esa envergadura al trap, logrando un éxito sin precedentes entre las generaciones jóvenes, a nivel tanto de difusión como de producción. Todo ello ha sido posible gracias, en cierta manera, a las plataformas musicales digitales y redes sociales, las cuales han servido como un escenario sin límite de aforo para muchos artistas.

El máximo apogeo de este género musical en Estados Unidos tuvo lugar en 2010. A España llegó aproximadamente en 2013, de la mano de PXXR GVNG y sus integrantes, protagonistas indiscutibles del género:  Khaled, Kaydy CainYung Beef. Más tarde, Kidd Keo, Big Jay, Pimp Flaco, Kinder Malo, Cecilo G, Cuban Bling, sin olvidar a las Trap Queens La Zowi, La Goony Chonga o la pionera Tania Chanel, mientras que C. Tangana, Bad Gyal, Miss Nina, Nathy Peluso o incluso Rosalía mezclan beats procedentes del trap con otros géneros musicales con resultados completamente diferentes Apoderándose de carteles de festivales tan importantes como el Sónar.

En España el trap ha tomado un camino diferente, sustentándose sobre los cimientos asentados en Estados Unidos, pero cocido en un caldo incomparable ya que el marco sociocultural en el que se desarrolla es distinto. El uso de las lenguas como puede ser el árabe o palabras propias de países latinoamericanos es fruto de las diferentes comunidades migrantes que se asentaron y confluyen en España y, cuya descendencia ha convivido continuamente entre dos culturas, lo que produce el uso de lenguas mezcladas, antinormativas, inventándose en muchas ocasiones registros lingüísticos sorprendentes.

Pero no solo la desfachatez de la forma lingüística es parte esencial de este tipo de música en nuestro país, sino también su estética de la fealdad buscada, basada en los submundos del tráfico de drogas en Estados Unidos y que encuentra su correlación en la Península con el cine quinqui de los años 80, y el kitsch más comercial y extravagante.

El hecho que un subgénero underground se haya convertido en mainstream en nuestro país, se basa en el desarrollo y accesibilidad de la tecnología y las redes sociales, ya que artistas sin un sello o discográfica musical que cubra sus espaldas, pueden hacer música desde sus ordenadores y lo más importante, difundirla de forma gratuita. Por otro lado, el hecho que un grupo social tan amplio, empatice con un mensaje, generalmente dirigido a clases sociales desfavorecidas por la crisis económica y desempleo, independientemente del lugar de origen, creando una visión negativa del futuro más próximo, en un sistema social desigual, hace de esta música la banda sonora de la crisis en cualquier lugar del mundo.

Por otro lado, los videoclips que han hecho de soporte visual a los temas de este género, han permitido dar a conocer la arquitectura propia de muchos barrios y zonas marginales que, para gran parte de la sociedad, ni si quiera existía. Los grandes bloques de protección oficial de muchos barrios o zonas marginales, las calles y su estructura, son la escenografía vital de muchos de estos artistas, quedando plasmado tanto a nivel poético como sensorial.

Pero, como todo movimiento cultural underground, éste también esconde su gran paradoja. A pesar de la crítica a un sistema desigual, abraza abiertamente al capitalismo, plasmado en la ostentación, sus letras sobre el éxito, la fama, el lujo y el dinero, plasman un crudo escenario en torno a la realidad y el deseo. Por otro lado, el trap pone fin a la exclusividad del disco como objeto, considerado antes como una pieza de arte exclusiva, y participa de la fuerza de la comunidad global, donde el metarrelato, la rapidez de la creación y difusión de todas sus creaciones son su mayor arma. Un gran ejemplo de ello es la irrupción de PXXR GVNG en la discográfica Sony Music en 2015 y su posterior abandono por dicho motivo. Esto generó un sonado debate en una rueda de prensa del Sónar entre C. Tangana y Yung Beef, los cuales debatían sobre la pertenencia a discográficas y la premisa “do it yourself”.

Pero todo esto no ha derivado en un simple género musical aunado a una moda pasajera, sino que como todo movimiento cultural, abraza un proceso evolutivo que puede llegar a desarrollar otra metamorfosis diferente y paralela, susceptible o no de ser mainstream.

En 2010, en los suburbios del sur de Chicago surge un subgénero musical derivado del trap, caracterizado por su contenido lírico oscuro y sus letras violentas y nihilistas. El drill posee un ritmo que ronda los 60 ó 70 BPM y las bases tienen cierta influencia del dup step. Pero realmente, empezó a ganar su popularidad a partir del 2012 y en Reino Unido, con un movimiento llamado “UK drill”. Este movimiento cambió el sonido del drill de Chicago y por ello mucha gente piensa que fue en este país donde nació.

El pionero en este subgénero es el grupo Dro City. Pacman, uno de sus integrantes, es considerado el primero en aplicar el nombre drill a la música que hacían, motivada por la violencia en las calles, que se vivía tras la crisis económica mundial, caracterizándolo con pasos de baile propios y el pasamontañas entre sus atuendos.

Estados Unidos cuenta con figuras como Young Chop o Chief Keef, pero en Londres ha tenido una gran influencia gracias a raperos como 150, 67 o K-Trap, que lo sienten como vía de escape a la marginalidad de sus barrios de origen.

En sus letras y videos el consumo de drogas y la violencia entre las bandas se aborda de forma muy explícita a veces con imágenes de enfrentamientos reales. El verbo to drill es una expresión usada para referirse a matar a alguien a tiros. Es lo que ha hecho saltar las alarmas en muchos países, utilizando sus letras en alguna ocasión, como prueba de algún crimen o asesinato.

Centrándonos en esta última oleada de drill en Nueva York, es el difunto Pop Smoke el encargado de iniciar toda la viralización del género. Su asesinato en febrero de este año, ha hecho que su música llegue a un público mayor y con ello el drill. Aún así, sus temas ya estaban siendo muy reconocidos antes de su muerte.

El artista de habla hispana con más reconocimiento en este género es el puertorriqueño Jon Z, junto a otros artistas latinos como Brytiago y Omy De Oro. Y como no, España no iba a quedarse atrás, creando dos núcleos de este subgénero en Madrid y Barcelona. Patrón 970 o Skinny Flex, son dos pioneros en nuestro país, arrastrando a Kidd Keo y Yung Sarria por el camino.

El trap y el drill, van de la mano de la polémica. La crítica a su mensaje por parte de una gran parte de la sociedad es continua y persistente. Pero lo que realmente me preocupa es que todo está basado en la vida real, en situaciones que suceden día a día en zonas marginales de las grandes ciudades. Las letras de cualquier tema, puede influir en las emociones de quien la escucha, pero no deciden sus actos. Desde mi punto de vista, señalar a los músicos como promulgadores de la violencia es una equivocación. El principal problema no son los temas pertenecientes a estos géneros, si no la situación social en la que viven los artistas y la falta de recursos que han propiciado a transmitir su realidad en ese mensaje. La solución no es eliminar, ni prohibir este tipo de géneros musicales como se ha planteado en muchos países, si no solventar los recortes en educación, viviendas sociales, subsidios para evitar que gran parte de la sociedad viva por debajo del lumbral de pobreza y, como consecuencia estén inmersos situaciones de violencia y marginalidad.

Los temas que componen esta playlist, pretenden realizar el mismo recorrido histórico que se ha trazado en el artículo. Desde las primeras composiciones que sonaban en las Block Parties más primitivas, hasta la actualidad más pura del drill, tanto en el panorama nacional como en el internacional cronológicamente. Temas que, han sido para muchos de sus integrantes auténticos himnos vitales incluso, han marcado una época de transición entre un género y las diversas metamorfosis de éste.

Playlist

1. Afrika BambaataaCosmic Force Zulu Nation - Zulu Nation Throw Down
00:00:07
2. Grandmaster Flash - The Message
00:07:09
3. Public Enemy - Fight The Power
00:10:19
4. KRS-One - Sound of da Police
00:15:37
5. Ice-T - 6 'N the Mornin'
00:19:45
6. Gucci Mane - Trap House
00:23:22
7. Fetty Wap - Trap Queen
00:27:38
8. Chief Keef - Love Sosa
00:31:15
9. PXXR GVNG - Tu Coño Es Mi Droga
00:34:30
10. Yung Beef - Beef Boy
00:37:53
11. Pxxr Gvng & Los Zafiros - Los Foreign
00:41:32
12. Chanel - Te invito a soñar
00:45:58
13. Khaled & Cookin Soul - Salam Alaykom
00:48:15
14. Pimp Flaco & Kinder Malo – Chemtrails
00:51:03
15. Pop Smoke – Dior
00:54:15
16. Headie One x Drak - Only You Freestyle
00:57:40
17. Jon Z - Si me gano un Grammy
01:01:40
18. 970Block – KG970 x B10 - Back 2 Back
01:04:08
19. Skinny Flex – Manualidades
01:05:49
21. La Zowi y Albany - Sugar Mami
01:12:31
22. Yung Sarria x Patron 970 x Kidd Keo – Yo con mi man
01:15:53
20. Cevid 19 aka El Nuevo Cecilio ft. Hwoarang, Pochi, Roydee - OTRO VANS
01:19:30

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