Annie Lennox: la estrella de luz interior
Es partidaria de la libertad de expresión y aborrece el feminismo de boquilla.
Annie Lennox ha pasado por las décadas de los ochenta y noventa como una reina, bajo el signo el glamour siempre luminoso y refinado. Antes que Tilda Swinton, estuvo ella. Fue la primera rubia de belleza andrógina en alcanzar la fama mundial. Su rostro de porcelana, su boca grande, sus dientes como un ejército en perfecta formación, y sobre todo esos ojos de azul submarino, hubieran hecho de ella una hermosa reina de las crónicas de Narnia.
Su estilo más de estrella de Hollywood que de cantante, con dos hijas ya en el mundo del espectáculo y después de padecer un cáncer de mama, sigue luminoso. A sus 61 años sigue posicionada a favor de todas las causas y libertades, excepto del uso y abuso de los cuerpos femeninos en vídeos y fotografías que le parecen cerca del porno y no de cantantes que usan sus gargantas. Es partidaria de la libertad de expresión y aborrece el feminismo de boquilla.
Escocesa y nacida en Aberdeen, de niña estudio piano y flauta. Al ser una alumna aventajada consiguió una beca para estudiar en la prestigiosa Royal Academy of Music de Londres, de la que salió rápidamente al año porque le parecía excesivamente formal.
Así que hizo lo que debe hacer alguien que cree en sí mismo: dirigir su aprendizaje a los escenarios, cantando con varios grupos de rock, pop, cabaret e folk.
Al conocer al músico Dave Stewart y a Peet Coombers formaron el trío The Tourists, grabando en dos años tres álbumes. Su debut en 1979 con Reality Effect e Luminous Basement, resultó una ser una manera muy personal que marcó una poderosa influencia.
Era una especie de post-punk áspero y algo de pop-rock con electrónica. Más allá de los arreglos perfectos y regulares de Stewart, también surgirá la poderosa voz de Coombers y el aire frío y distinto de Annie Lennox. Su éxito más famoso fue una versión de Dusty Springfield, I Only Want to Be with You. En estos dos años, Lennox y Stewart tuvieron una relación romántica, que finalizó en 1980, cuando el trío se separó.
Y mientras Coombers desapareció, Lennox y Stewart renovaron su alianza solo artística, constituyendo Eurythmics. En pocos años se convirtió en una de las bandas británicas más populares en el mundo. Y demostraron ser uno de los grupos más refinados e intelectuales de los ochenta.
La cantante tiene algo que decir al criticar la obsesión moderna con las celebridades “vivimos en una cultura obsesionada por los modelos de las estrellas, vivimos a través de ellos”, dijo. “Incluso a veces me ponen esa categoría y eso me asusta. No me veo siendo modelo de nada. Soy una cantante y músico. Quiero que las personas sientan mis canciones y no hablen de cosas inútiles sobre mi pelo o la celulitis”.
Ahora va por su tercer matrimonio esta vez con un ginecólogo sudafricano; antes estuvo casada con el padre de sus hijas. Y el primero en la lista fue su viejo compañero de Eurythmics, el multipremiado Dave Stewart, con quien vendió millones de discos y vivió una historia de crueldad y pasión sin límites que duró cuatro años. Más tarde convinieron volverse socios musicales para bien de todos.
Mientras la sociedad de consumo busca lavar más blanco y vender cremas antiedad, Lennox intentó la máxima de las sinceridades: su rostro a cara lavada. Una mujer antes que cantante, que abandonó su carrera para disfrutar criando a sus hijas. Milita en la lucha contra el sida y defiende ante el Vaticano el uso de preservativos para combatirlo. Ecologista, y partidaria de la felicidad antes que del éxito, -que puede despreciarlo porque lo conoce-, ha vendido millones de discos y tiene cestas de premios.
Annie Lennox, que también perdió un hijo, aprendió que se puede volver desde el dolor, reconstruirse y alcanzar la felicidad, muchas veces, ayudando a otros. Sus viajes por África le ayudaron con ese aprendizaje.
“Casi todo lo que canto tiene que ver con la dualidad de la vida; la belleza, la oscuridad, y con cómo eso se entrelaza en una sola noción en nuestra existencia. La música es un bálsamo que ayuda a articular la emoción.”
Nos hizo bailar y sobre todo nos sirve de modelo de vida, porque es una estrella que como en todas las del firmamento, la luz nace del interior.