Barbara: La madre de la nouvelle chanson
Lo tuvo muy claro “o cantar o morir”
Lo tuvo muy claro “o cantar o morir”. Y su vida fue un homenaje hecha de canciones a la belleza que supone el simple hecho de estar viva. Decían que Barbara era oscura y melancólica, interiormente estaba llena de luz que impartía sobre su público y los que la necesitaban. Su vida empezó tan negra como los trajes que vestía.
Barbara es, con Jacques Brel y Georges Brassens, una de las tres “B” mayúsculas que restablecieron en 1960, la chanson francesa contra de la avalancha de pop anglo-estadounidense. Fue la primera cantante femenina que con una composición propia L’Aigle Noir (El Águila Negro) vendió millones de discos. Todavía hoy se enseña en las escuelas francesas.
Cerraba sus conciertos con “Mi más grande historia de amor – son ustedes”. Vestida de negro, al piano unas veces, con una toquilla y sentada en una mecedora otras, triunfó en los escenarios más importantes de París. Su perfeccionismo era legendario. Mitterand, cerca de su final, la llama por teléfono para pedirle que vaya al Palacio del Elíseo para ver una película con él. Cuando Bárbara murió, la nación se detuvo en seco.
La generación joven de la canción francesa ha hecho de ella su referente.
Con la voz casi sin elevarla sino a modo de conversación, Barbara cantó las preocupaciones más íntimas de una mujer -el amor, la muerte y la soledad. Siendo judía una de sus canciones Götingen, fue citada por el canciller Gerhard Schroeder como el inicio de la reconciliación franco-alemana. Asdi mon amour atacó el azote del sida en un momento en el que hablar de la enfermedad era tabú. Con un permiso del Presidente, Barbara podía ir por la noche a las prisiones para coger las manos de los hombres que morían…
Desde L’Ecluse, un pequeño club al lado del Sena, entonó canciones que hablaban del “segundo sexo” con más intensidad que Simone de Beauvoir y la condición nacional con más franqueza de André Malraux.
L’Aigle Noir habla de un águila negra que la cubre en la cama por la noche. Y explora de manera poética su trauma infantil de ser violada y abandonada por su padre. Sin embargo Nantes, tal vez el mayor de sus creaciones, relata un viaje en tren para verlo en su lecho de muerte. Con Brassens, Brel, Piaf y Ferré, Barbara simbolizaba la “nouvelle chanson” dejando atrás la generación del cabaret. Fue una artista en el más amplio sentido y tuvo con su audiencia una relación íntima y fuerte. No era una cuestión de “starmania” sino simplemente de amor recíproco.
Hasta los 34 años no conoció el éxito. Es en ese año que graba su primer disco titulado Barbara chante Brassens y es en 1964, cuando el público se vuelca con ella en Bobino con Brassens, y más tarde de gira con Gainsbourg. De Brel a Sheller, pasando por Catherine Lara ou Mouloudji, sus colaboraciones son admiradas y apreciadas. Se convierte en éxito todo lo que ella toca.
En Bobino en 1964 tuvo muchas actuaciones con las entradas agotadas. Actuó en el Olympia de París y otros lugares importantes en Francia, convirtiéndose en una de las estrellas más queridas de su país. En 1965 lanzó el álbum Barbara chante Bárbara, que se convirtió en un gran éxito de crítica y ventas, ganando el Grand Prix du Disque de la Academia Charles Cros. En la ceremonia, Barbara rasgó su premio en varios pedazos, dando un pedazo a cada uno de sus músicos y técnicos como un signo de su gratitud.
En la década de los 1980 grabó SID’Amour à mort y repartió condones en las actuaciones. En 1988 el gobierno de Francia le otorgó la Legión de Honor. Conocidos artistas de ahora, una generación más tarde, por ejemplo Daphne, reinterpreta un álbum con trece monumentos “barbaros”, a veces en dúo (Benjamin Biolay, Aubert ,etc).
Otros grandes de la música como Martha Wainwright, Regina Spektor (con “Après Moi”) o Ana Silvera han versionado canciones cantadas por Barbara. Marc Almond también hizo una versión de Incestueuses Amours en 1993.
Icono francés, cantante y compositora, la música de Barbara ha tocado profundamente las vidas de muchos aficionados, no solo franceses.
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Que artículo tan encantador.