Divine: la reina Drag
Era trash, era drag, era actriz, cantante y se hacía llamar Divine. Fue la vanguardia con los michelines más americanos que existieron jamás en el cine y el espectáculo.
Era trash, era drag, era actriz, cantante y se hacía llamar Divine. Fue la vanguardia con los michelines más americanos que existieron jamás en el cine y el espectáculo.
Ha pasado a la historia con películas de esas que hacen torcer la nariz a los estrechos, pero que arrasaban y siguen siendo objeto de culto. Su estilo de actriz no ha vuelto a verse en la pantalla. En la música triunfó con el disco, esa que llenaba de high energy todos los clubs.
Fue la Drag Queen del siglo XX, combinó como ningún otro la faceta de actor, cantante, imitador femenino y actor de comedia. Pocos le hacen compañía en el reino drag con su carácter irónico más exagerado. Divine, nacido Glenn Milstead Harris, fue uno de los drag más vanguardistas de las artes escénicas y su personalidad y caracterización sobrevivirán en el tiempo. Actor fetiche del cineasta más friki y escatológico que ha dado la pantalla, John Waters, abrieron el cine a una expresión innovadora y muy vulgar pero siempre divertida hasta la lágrima.
Ver en la pantalla a Divine cambia las miradas más neutras y nos introduce en lo inquietante poniendo un poco de ácido en nuestra mirada. Su campo del ingenio era tan amplio como los acres de la tierra en la que nació. Con una postura radical-artística y, desde ese lugar irónico y más que desenfadado, extiende sus fronteras hasta lo aberrante.
Murió de excesos, de comidas y de explosión de pliegues carnales, que le rebasaban porque su mundo no era el de las verduritas frescas. Tenía 42 años y su corazón dejó de latir rebosante de grasa y colesterol. ¿Hay algo más americano?
Los barbitúricos, la marcha, los desastres amorosos y otras cosas del vivir hicieron el resto. Murió de lo que mueren los jóvenes que se han extralimitado con su personalidad. Debutó en Los Ángeles y de la mano de John Water, vecino de barrio y uno de los directores más escandalosos, divertidos salvajes y polémicos. John y Divine eran tal para cual, e incluso nacieron en el mismo barrio. Estaba orgulloso de su creación: una caricatura única y divertida, una Miss Piggy felizmente depravada. Pero él soñaba con el día en que por fin iba a ser visto como un actor muy dotado que podría representar cualquier número de personajes fascinantes.
Durante la década de 1960 y principios de 1970, Divine actuó mientras Waters escribía para ella Mondo Trash, Multiple Maniacs y Women Behind Bars. Durante la década de 1980, comenzó a hacer discos de baile que eran tan populares en los Estados Unidos como en Europa.
La idea de Waters y Divine sobre el guión estaba muy lejos de cualquier convencionalismo: sus primeros trabajos presentaban, bajo una estética marcadamente camp, personajes encantadoramente indecentes en situaciones escandalosas, con la ayuda, claro está, de unos diálogos exagerados y llenos de excentricidades. Tres clásicos de esta época Pink Flamingos, Female Trouble y Desperate Living forman la Trash Trilogy (Trilogía Basura) que violentó los límites del decoro, lo convencional y, desde luego, la censura cinematográfica.
En 1988, Divine actuó en la película Hairspray dirigida por John Waters y también protagonizada por Sonny Bono y Jerry Stiller. Hairspray fue nominada a seis premios en los Independent Spirit Awards, incluyendo Mejor Director y Mejor Actor por Divine. La última aparición de la Divina fue en el 1989 en la comedia de horror titulada Out of the Dark.
El 7 de marzo de 1988 fue encontrado muerto en su habitación de hotel en Los Angeles. Ahora sus películas se pasan en museos. Y jamás pensó en hacerse la liposucción.
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