Dolly Parton es multifacética, está multioperada, tiene múltiples premios, es muy rubia y puede hacerse la tonta. Pero no lo es. Dolly es Barbie antes de que existiera la muñeca. Y con su pelo flotando en madejas de cabello como hojas de palmera, dice de ella misma ”puedo parecer de plástico, pero soy real”.

Por delante Dolly aplasta a cualquiera con dos poderosas razones, canta  con voz casi de soprano canciones populares, es la reina del country y de los gais – sinónimo de éxito arrollador-. Toca al menos ocho instrumentos, y tiene dos de las canciones consideradas entre las cien mejores del pop del siglo: Jolene y I Will Always Love You.

Dolly no es que esté en el mundo del espectáculo, sino que ella es el mundo del espectáculo en sí misma. Sabe llegar al público, al que maneja haciendo lo que mejor sabe: cantar y dar el cante. Sale con sus pelucones, sus vestidos fosforescentes pegados a su piel, sus implantes que lleva años añadiéndose y se ríe de sí misma “sólo son mis pechos y el pelo lo que son grandes, pero en realidad soy una personita que sabe sacar partido de cosas que gustan”.

Pero en realidad Dolly es mucho más interesante de lo que aparenta. Como actriz ha ganado muchos premios, y como mujer de negocios el Wall Street Journal, la coloca entre las 50 mujeres más poderosas de América.

Tiene una radio, un parque de atracciones y con casi 70 años sale de por diversos países del globo sentada en autobús. Como una chica de la carretera. Posee una marcha y un éxito que nadie en la música country ha conseguido nunca. Los logros de esta rubia oxigenada hacen que sea la variante femenina de Elvis Presley con caderas incluidas.

Ha compuesto más de 3.000 canciones -se dice pronto- y después del lanzamiento de tres álbumes “bluegrass” la crítica la ha tomado en serio, Dolly aclara que para cantar música de pobres tuvo que llegar a ser rica. Börjk dice estar fascinada por ella, y lo entiendo. Los White Stripes grabaron una magnífica versión de Jolene y los homenajes se suceden.

Dio su nombre a la oveja Dolly y todos se preguntan como su pequeño esqueleto sostiene sus implantes y al igual que Marilyn y Warhol, sufre para hacer de su personaje arte. Su look aclara que lo tomó de una prostituta local a la que admiraba de niña. También añade “que su aspecto es la de una chica de campo de glamour. Yo no tenía nada de pecho al crecer y siempre quise ser “sexy”, incluso antes de saber lo que era la palabra”.

Prácticamente toda ella es artificial. No es de extrañar que sea tan popular entre las drag-queens. Sin embargo su cabeza es muy real, se ha montado un personaje ultra-femenino para disfrazarse dentro de una industria super-conservadora. Incluso creo que cuando tiene algún problema se echará a llorar, ese recurso utilizado por muchas mujeres, para no demostrar la fortaleza que tienen dentro. Con su marido que trabajaba en la construcción casada desde hace 40 años, su personaje no hace aguas por ningún lado. Además, tiene una fundación modélica para estudiantes pobres.

Por todo esto Dolly es otra de las mujeres de mi santoral musical. Nada es lo que parece.