Hay muchas parejas en el mundo de la música y el arte. Una de ellas fue la formada por Malcom McLaren el director de los Sex Pistols y la modista Vivienne Westwood. Ellos crearon el punk, fueron el punk. Y su hijo destruye el punk. Según Freud, hay que matar al padre.

Sencillamente, Malcolm cambió la historia cultural del último cuarto del siglo XX. Eso resulta evidente, lo complicado es explicar qué hizo exactamente. Cantaba mal (se empeñó, ay, en demostrarlo) y estaba particularmente negado para la música. Sin embargo, sabía contratar a los expertos. Vivienne le acompañó, y Joe Corre, su hijo, destruye los recuerdos.

De los dos, la que logró seguir siéndolo a la vez que creaba un imperio de moda fue Vivienne. Ella arrasa con el mundo de la moda vende “chaos” y se atreve a desfilar contra el cambio climático y a decir: Yo no hago moda diferente, hago moda de manera diferente. Y hasta se permite lanzar proclamas contra el exceso de consumo.

Vivianne es un clásico de la provocación, el modelo de alguien que no rindiéndose sigue provocando admiración y además hace negocio. Las pasarelas serían aburridísimas sin ella.

Pero la historia comienza en Londres en los años 70’s. El movimiento punk ha desempeñado un papel crucial en la historia del rock y vestidos de la juventud, y ya está asumido. El pasado año se celebró en Londres el 40 cumpleaños del movimiento. El 26 de noviembre de 1976, sale el primer single de la Sex Pistolas, era un grito que proclama la anarquía en un mundo que no tenía futuro.

MacLaren elige a Johnny Lyon, renombrado Roten (podrido), un gamberro vagabundo que parecía muy asqueado del mundo: el éxito fue casi inmediato.

Sin embargo el sistema tiene muchas tragaderas y hoy en 2017 se podría decir que el punk es algo “museable” en el sentido de que ese transgénero imaginario está perfectamente integrado en las creaciones en serie de las grandes cadenas de moda, habiendo perdido realmente todo su carga revolucionaria.

MacLaren y Westwood tuvieron un hijo que no desea que se celebre y ha realizado su propio vernissage. El patrimonio punk, las primeras ediciones de sus discos, camisetas y recuerdos los incineró en una barcaza del Támesis, quemando un patrimonio que estaba valorado en 5 millones de libras. Bueno, eso dice el chico, que no quiso llevar ninguno de los dos apellidos y atiende por Joe Corré.

Atendiendo a sus ancestros, se dedica a la moda con la cotizada firma “Agent Provocateur”. Su padre estará encantado y parece que su madre también porque participan de manifestaciones contra el cambio climático. Joe Corré dijo estar indignado por la utilización del legado, viendo a la Reina dar la bendición oficial para que el año 2016 fuera “el año del punk”, e instituciones como el BFI, el Museo de Londres, organizan eventos de aniversario que hacían del punk una pieza de museo.

Vivienne ha “inventado” la mirada punk atesorando los paños reciclados y los géneros de punto típicos del primer período de la posguerra cuando era una muchacha provinciana en una Inglaterra acosada por racionamiento común.

“Sé razonable, pide lo imposible” era el tipo de frase que imprimió en unas camisetas desgarradas que se venden en la Sex shop del 430 King’s Road. La reina sigue allí, con el grito irreverente de God Save The Queen.

Westwood es un icono de estilo mundial y el punk se celebra en la tierra de Albion igual que a Shakespeare. Y para salvar el punk, ella y su hijo queman la colección más importante del género musical. Sin duda MacLaren aplaudirá desde el infierno.